PROTECCIÓN

El primer paso para construir un plan de estabilidad financiera pasa por eliminar la posibilidad que exista un acontecimiento más o menos improbable que puedan llevar a la ruina a la familia. Para ello debemos crear nuestro fondo de emergencia que nos permita seguir con nuestra vida normal en caso de una disminución drástica temporal de nuestros ingresos o de unos gastos extraordinarios no previstos.

Aún así hay otro tipo de situaciones ante las cuales no nos podemos proteger simplemente con el ahorro de una determinada cantidad de dinero por lo que conviene mutualizar el riesgo, es decir, pagar una prima mediante la cual recibirás una determinada prestación económica (en forma de capital o de rentas) o de servicio en el caso que suceda un evento muy improbable como puede ser fallecimiento o invalidez.

De nada sirve elaborar un maravilloso plan de inversión para alcanzar determinados objetivos si dejamos la puerta abierta a que un acontecimiento fatídico nos lo tire todo por la borda o pueda dejar a nuestra familia en la más absoluta bancarrota y abocados a una vida de sufrimiento y penurias.